Panorama Económico:

A pesar de las incertidumbres globales, México ha mantenido una trayectoria sólida en su intercambio comercial, con un crecimiento en sus exportaciones e importaciones durante el primer trimestre. Las exportaciones no petroleras dirigidas a Estados Unidos, en particular, mostraron un repunte del 10.6%, lo que subraya la solidez de la relación comercial con su principal socio bajo el T-MEC.

Sin embargo, el comercio exterior no está exento de desafíos. Un persistente déficit comercial y los nuevos aranceles impuestos por socios comerciales como Estados Unidos, especialmente en industrias clave como la automotriz, la textil y la de calzado, han encendido las alarmas en el sector privado. La imposición de una tarifa del 30% a las importaciones mexicanas por parte de EE.UU. a partir de agosto de 2025 podría afectar la competitividad y obligar a las empresas a reestructurar sus cadenas de suministro.

Adaptación y Resiliencia:

Ante este escenario, la capacidad de adaptación de las empresas será crucial. La digitalización, la inversión en tecnología de punta para la trazabilidad de mercancías y la adopción de programas de certificación como el Operador Económico Autorizado (OEA) se convierten en herramientas indispensables para mitigar riesgos y mejorar la eficiencia operativa. La coordinación entre el sector público y privado, a través de organismos como la ANAM y cámaras empresariales, será clave para negociar y enfrentar los desafíos que se avecinan en los próximos meses.